Brechas de género en inversiones
Aunque la sociedad indudablemente está avanzando hacia la disminución de las brechas de género en ámbitos como el laboral, salarial y educativo, hay otros espacios en los que, por múltiples factores, las mujeres seguimos quedándonos atrás.
Uno de estos espacios es el mundo de las inversiones, en el que diversos análisis muestran que existe una gran disparidad, que también confirmamos en un reciente sondeo interno entre nuestros miles de usuarios. Aunque las mujeres estamos casi a la par en términos numéricos, con una presencia del 40% en este segmento, la rentabilidad de nuestras inversiones es, en promedio, un 11% más baja.
Si bien los números muestran una realidad inquietante, detrás de este comportamiento podemos evidenciar un fenómeno mucho más profundo, que responde a la falta de confianza: Solo un 10% de las mujeres invierten en portafolios arriesgados, en contraste con el 19% de los hombres. Mientras los hombres apuestan por sus decisiones, las mujeres solemos preocuparnos más por las innumerables consecuencias de una posible pérdida, y bajo la premisa: a mayor riesgo mayor retorno, hace sentido que haya una diferencia considerable en la rentabilidad de sus inversiones.
Sin embargo, antes de saltar a la conclusión de que las mujeres deberíamos invertir con más riesgo, es importante generar una mirada a largo plazo. Según el estudio Women and Investing (2021), las mujeres igualan e incluso superan la rentabilidad de los hombres cuando analizamos períodos superiores a 10 años. Esto se debe a la misma razón por la que los hombres suelen tomar más riesgo: la confianza en que son buenos inversionistas.
A la larga, esta confianza suele jugarles en contra ya que piensan que le pueden ganar al mercado, por lo que se dejan llevar por sus impulsos y realizan más transacciones en promedio que las mujeres, perdiendo muchas veces esta ventaja que habían ganado, por no mantenerse invertidos en el largo plazo.
En ese contexto, el mayor desafío para las mujeres es encontrar el equilibrio entre tener la confianza suficiente para hacer inversiones más arriesgadas, ya que los optimistas les ganan a los pesimistas, pero siempre manteniendo esta mirada a largo plazo. Mientras que los hombres que están bien invertidos también pueden aprender algo de nosotras: la consistencia y el autocontrol son claves para el éxito a largo plazo.
Catalina Aylwin Cornely, Growth Manager de Betterplan