Éxodo 22:25
Le pregunté a Andrés, un amigo que trabaja en el sector financiero, si creía que su trabajo beneficiaba a la sociedad. “Obvio”, me dijo. Y a continuación señaló un par de razones. Esta pregunta aparentemente simple y obvia para alguien que trabaja en el mundo de las finanzas, no tiene una respuesta simple ni obvia para muchos chilenos.
En una encuesta realizada por Chicago Booth y Kellogg School, se preguntó a los adultos americanos si encontraban que en general el sistema financiero de Estados Unidos beneficiaba o perjudicaba a la economía. Un 48% respondió que la perjudicaba y solo un 34% que la beneficiaba.
Esta desconfianza respecto a las finanzas no es algo que haya emergido solamente como el resultado de la crisis financiera: a través de la historia la actividad financiera ha sido percibida con recelo (Zingales, 2015). Incluso en el Viejo Testamento encontramos ejemplos de prohibiciones contra las finanzas (Éxodo 22:25).
Existe mucha evidencia académica que recalca los beneficios del sistema financiero: permite una mejor asignación de recursos, un mayor manejo del riesgo, promueve el emprendimiento, fomenta el crecimiento, etcétera (Zingales, 2015). Sin embargo, mucha gente no está familiarizada con estos beneficios y ante la pregunta sobre su percepción del sistema financiero, critica las prácticas abusivas, las altas tasas de interés, incluso muchos se sienten engañados por el sistema.
Ante esta percepción negativa sobre las finanzas, es tentador culpar a la ignorancia o la falta de educación financiera y quedarse de brazos cruzados. Eso sería un grave error. En tiempos en que las reformas salen de las pancartas, hay que tener cuidado con no empezar a aparecer en ellas. El sentimiento del público ante una industria tiene cada vez un rol más preponderante a la hora de diseñar las regulaciones e intervenciones estatales, por lo que una buena reputación a nivel de industria es fundamental.
Una mejor opción es escuchar las críticas y tomarles el peso, esforzarse por aumentar la educación financiera y hacer del sistema financiero un sistema cada vez más competitivo. Esto no es solo la mejor manera de tener un sistema eficiente, sino que la mejor manera de que las finanzas ayuden a Chile.
*Publicada en diario Pulso. El autor es investigador Clapes UC – (@jtvalente).