¿Y si el acceso no resuelve el problema?

¿Y si el acceso no resuelve el problema?

Es un tópico o lugar común dentro de las FinTech presentarse como una nueva e ingeniosa manera de dar acceso y democratizar los servicios financieros. Por otra parte, aquellos interesados en el bienestar del país suelen mirar con buenos ojos este tipo de declaración de intenciones. Incluso, al día de hoy, muchos parecen tener puestas sus fichas en que este nuevo acceso no sólo traerá progreso sino que será capaz de aplacar el descontento de una parte importante de los ciudadanos hacia el sistema financiero.

Imaginemos que las FinTech efectivamente lograran solucionar todos los problemas de acceso, ¿dónde quedaríamos parados?

A veces pienso que quizás no muy lejos de donde estamos ahora.

Antes del boom de internet se pensaba que gran parte de los problemas y malas decisiones provenían de una falta de acceso a la información. Habiendo pasado algunas décadas desde la masificación en su uso, queda bastante claro que el acceso a la información no era la única ni la mayor de las limitantes. De manera similar, al analizar la industria de las tarjetas de crédito y de casas comerciales, vemos que si bien ha habido avances en acceso, los problemas en su uso son importantes y suelen ser catalizadores del descontento hacia el sistema financiero.

Democratizar el acceso a las mejores formas de ahorrar, invertir y endeudarse es positivo, pero no resuelve -e incluso puede exacerbar- los problemas en el uso del mercado financiero. Podríamos terminar con usuarios más tecnológicos, sí; pero igualmente descontentos.

Puede sorprender que los párrafos anteriores provengan de alguien que trabaja en una FinTech, pero espero que no se malentienda el punto. Estoy convencido que estas nuevas empresas tienen mucho que aportar, pero creo que no debiesen limitar su vocación sólo a resolver problemas de acceso.

Junto a los problemas de acceso, tenemos que ser capaces de encontrar formas inteligentes de ayudar al cliente a entender los diferentes productos financieros a los que está accediendo. Democratizar el acceso es un inicio, pero el objetivo real debe ser ayudar a que las personas utilicen este acceso para lograr una mejor vida financiera.