¿Qué es la inversión sostenible? ¿Cómo se construye un fondo ESG?

¿Qué es la inversión sostenible? ¿Cómo se construye un fondo ESG?

Los inversionistas se han vuelto menos tolerantes a los incidentes y controversias corporativas, y a futuro se espera que uno de los principales riesgos que enfrenten las empresas provenga justamente del manejo que tengan respecto a su impacto en el medio ambiente y la sociedad que las rodea.

Por ejemplo, la acción del famoso fabricante de autos alemán Wolkswagen cayó un 30% en 2015 tras el incidente donde se descubrió que habían instalado ilegalmente un software para alterar los resultados de los controles técnicos de emisiones contaminantes en 11 millones de automóviles con motor diésel.

Para entender de manera objetiva cómo cada una de las empresas está manejando su gobernanza interna y el impacto ambiental y social de sus operaciones (ESG, por sus siglas en inglés), la casa de índices MSCI ha desarrollado una rigurosa metodología que permite evaluar la exposición de las empresas a cada uno de estos riesgos. Y son estos mismos criterios los que luego se utilizan para la construcción de los diferentes fondos de inversión e ETF sustentables como los que utilizamos en los portafolios ESG en Betterplan.

¿Pero cómo se construyen estos índices ESG y qué es exactamente lo que miden?

Para que la clasificación sea útil, la metodología de evaluación tiene que ser objetiva y basada en normas que sean medibles, de manera de poder identificar a las empresas líderes en sustentabilidad y a las rezagadas para cada uno de los sectores.

¿Cuáles son los criterios?

Los criterios están divididos en tres pilares: Medio ambiente (environmental, E), Social (S) y Gobernanza (G).

Dentro de cada uno de estos pilares hay diferentes temas (10 en total), y para cada uno de los temas se miden distintos aspectos claves (35 en total). Vamos uno por uno:

1.- El pilar “medio ambiente”, se divide en 4 temas: Cambio climático, capital natural, contaminación y desperdicios, y oportunidades ambientales.  Cada uno de estos temas va asociado con distintas métricas, por ejemplo, para medir el manejo del “capital natural” se evalúa la eficiencia en la utilización de agua en los procesos, el impacto de la empresa sobre los suelos, y la fuente de las materias primas utilizadas en la operación.

2.- El pilar “social” se enfoca en las relaciones de la empresa con sus stakeholders, es decir, colaboradores, clientes, proveedores y las comunidades con que se relaciona. Este pilar se divide en 4 temas: Capital humano, producto responsable, oposición de stakeholders y oportunidades sociales. Por ejemplo, dentro del tema “producto responsable” se mide (a) que éste no sea dañino para los consumidores y (b) el tratamiento de los datos personales por parte de las empresas, entre otros.

3.- El pilar “gobernanza” se relaciona con la administración de una organización, considerando aspectos como su estructura de remuneración de ejecutivos, auditorías, controles internos, independencia del directorio de la administración, las políticas contables y transparencia tributaria, entre otros. Estas distintas métricas se agrupan en dos temas claves: Gobierno corporativo y comportamiento corporativo.

¿De dónde se obtiene la información?

Contrario a lo que se puede creer, la información para clasificar las empresas no se obtiene sólo de las empresas mismas y sus reportes. También se incluyen reportes de fundaciones sin fines de lucro, datos gubernamentales, agencias independientes, medios de prensa y datos alternativos como análisis independiente de escases de agua en los territorios. En total son más de mil datos los utilizados para la clasificación de cada una de las empresas.

Poniéndole notas a las empresas

Una vez obtenidos todos los datos, se clasifican las empresas con notas desde la AAA a la CCC. Dependiendo de las notas, se agrupan a las empresas en líderes (notas AAA, AA), promedio (A, BBB, BB) o rezagados (B, CCC) para cada uno de los sectores económicos.

En base a estas notas luego se construyen los distintos índices, ETF y fondos sustentables. Detalle importante: “no todos los fondos ESG son creados iguales”. Hay fondos que solamente descartan sectores específicos, mientras que otros se enfocan en elegir empresas con mejores prácticas sustentables incluso en sectores no vetados.

Por ejemplo, el ETF que utiliza Betterplan en sus portafolios para invertir en acciones americanas (el iShares ESG Advance MSCI USA ETF) tiene un ranking AAA (lo mejor de lo mejor). Esto se debe a que este ETF no sólo descarta a las compañías provenientes de las industrias vetadas (tabaco, alcohol, apuestas, pornografía, armas controversiales, combustibles fósiles, entre otros) sino que también dentro de cada uno del resto de los sectores invierte sólo en aquellas empresas líderes en prácticas amigables con el medio ambiente, sus comunidades y trabajadores.

Conclusión

Invertir utilizando criterios ESG solía ser algo de nicho, pero la evolución que ha tenido en el último tiempo ha sido impresionante. Los líderes en inversiones ESG siguen siendo los europeos, en donde entre 2016 y 2020 los flujos hacia inversiones ESG pasaron de representar un 5% a un 48% de los flujos totales.

Sin embargo, los europeos no han sido los únicos en abocarse a las inversiones ESG. Incluso en países como Estados Unidos, donde las estrategias sustentables tradicionalmente tenían menos cabida, las inversiones ESG ya representan un 22% del total de los flujos netos de inversiones.

En Betterplan estamos muy orgullosos de poder ofrecer estrategias de inversión con criterios sustentables. Estrategias que cumplan tus objetivos de inversión al mismo tiempo que busquen ser conscientes del impacto que tienen las empresas en el mundo en el que están insertas.

¡Comienza a invertir sustentable con Betterplan o agenda una hora con tu asesor si es que quieres saber más!