¿Sigue haciendo sentido invertir en acciones?

¿Sigue haciendo sentido invertir en acciones?

Está terminando el año 2022 y si nos detenemos a mirar los mercados financieros y las noticias, la verdad es que hay bastantes temas que preocupan.

En el frente internacional sigue la invasión de Rusia a Ucrania, los precios de los alimentos y la energía se mantienen altos, y la Reserva Federal de Estados Unidos continúa empecinada en bajar la inflación con toda su artillería disponible. El frente interno tampoco da un respiro. Tenemos un proceso constituyente en ciernes, varias reformas en camino, alta inflación, y una actividad económica a la baja. Ante este escenario, ¿sigue haciendo sentido invertir en acciones?

Para responder la pregunta vamos a seguir el formato de los libros “Crónica de una muerte anunciada” de García Márquez y “El túnel” de Sábato y partir por el final. Si tu objetivo es de largo plazo sigue siendo racional y correcto mantenerse invirtiendo de manera diversificada en fondos accionarios de bajo costo.

Vamos ahora con la explicación

No es la primera vez en la historia que miramos para adelante y vemos que existen muchos riesgos potenciales. Es más, cualquier inversionista experimentado te diría que es más la tónica que la excepción estar preocupado por los riesgos que se observan para el futuro.

No obstante, de todos los años en que estamos preocupados por cómo se viene el futuro, la historia nos muestra que en la mayoría de ellos los resultados terminan siendo positivos para los mercados. Una buena noticia.

Sin embargo, el punto más importante que me gustaría transmitir no es que la mayoría de los años terminan siendo positivos a pesar de nuestras preocupaciones, sino que incluso en los peores periodos de la historia para los mercados, se pueden tener buenas rentabilidades invirtiendo en acciones, ¿cómo puede ser esto?

Dos periodos para el olvido

El primero es entre 1968 y 1979, donde la economía de Estados Unidos tuvo 11 años de inflación y bajo crecimiento (la ahora mencionada y muy temida estanflación). El segundo es entre el peak de la burbuja “punto com”, a comienzos de este siglo, y el año 2012. Ambos periodos se caracterizaron por largos periodos donde las acciones se demoraron en volver a superar sus anteriores peaks, ¿entonces cómo puede ser que en esos periodos se haya podido tener buenas rentabilidades?

Una buena estrategia: “dollar-cost averaging”

Si te mantienes invirtiendo constantemente en un portafolio diversificado con un componente importante de acciones, vas a terminar comprando algunas de ellas en periodos donde éstas están “más caras” y otras en periodos donde éstas están “más baratas”. ¿Qué implica esto? Que si te mantienes invirtiendo en periodos donde éstas han bajado, el precio promedio de compra es menor. Y dado que tu precio de compra es menor, ni siquiera es necesario que las acciones retornen a su valor antes de caer para que empieces a tener una buena rentabilidad. Esta inversión continua, comúnmente conocida en inglés cómo “dollar-cost averaging”, es lo que permite que incluso en periodos donde el mercado no incrementa, igual puedas tener una buena rentabilidad positiva.

Analicemos cómo se comportó esta estrategia en los 2 periodos analizados

Si hubieras seguido la estrategia de invertir de manera constante durante todo el periodo de alta inflación y bajo crecimiento entre 1968 y 1979, hubieras tenido una rentabilidad de 5,2% al año en dólares. A su vez, si hubieras mantenido la estrategia durante otro de los peores periodos para los mercados, 2000-2012, hubieras tenido una rentabilidad anual de 5,7%. Un resultado bastante bueno si consideramos que elegimos estos periodos justamente por ser periodos de baja rentabilidad.

La constancia es la clave

En conclusión, sí, si debieses seguir invirtiendo de manera diversificada en los mercados financieros si quieres tener un buen patrimonio a largo plazo. No es la primera vez que estamos envueltos en problemas e incertidumbres y el inversionista constante ha salido muy beneficiado de los periodos buenos, pero más sorprendente aún, ha salido triunfante incluso de los periodos malos.