Lucas Palacios: “Me deja feliz haber transformado el Ministerio de Economía en una suerte de Start-Up pública durante la pandemia”

Lucas Palacios: “Me deja feliz haber transformado el Ministerio de Economía en una suerte de Start-Up pública durante la pandemia”

A un mes de dejar su cargo, el ministro evalúa su paso por el actual gobierno y analiza lo mejor y lo peor de dirigir la economía del país.

En entrevista exclusiva con Betterplan, Lucas Palacios habla sobre cómo recibió y entregará su ministerio, las tareas pendientes, los desafíos que enfrentará Nicolás Grau y si volvería o no a ser ministro.

¿Cómo evaluaría estos años en el gobierno en términos personales?

Tremendamente enriquecedores, aunque también muy difíciles. A la crisis sanitaria, económica y social, se le sumó una crisis emocional que hubo que contener desde el estallido hasta la pandemia. Este conjunto de dificultades nos obligó a pensar en soluciones y herramientas desde diferentes ángulos, interpretando diversas realidades. Recibí apoyo permanente de los mismos afectados, gremios y emprendedores, construyendo una relación de respeto y trabajo permanente. Tengo un cierto cansancio acumulado, pero estoy agradecido de poder haber dado lo mejor que pude durante estos años por nuestro país.

¿Volvería a ser ministro?

De todas maneras. Chile es un país que requiere de mucho trabajo, desde lo público-privado, para mejorar las condiciones de vida, integración y desarrollo integral de las personas. Eso siempre me ha motivado.

¿Se queda con algo pendiente?

En términos generales, logramos el objetivo de evitar un daño estructural en la economía como consecuencia de la pandemia, con una recuperación económica robusta con ayudas del Estado y protocolos que compatibilizaran lo productivo con lo sanitario, incrementando la inversión a todo nivel, desarrollando nuevos sectores económicos ligados a la tecnología, haciéndonos cargo y promoviendo el cambio cultural que implica la aplicación de herramientas digitales, con fuerte recuperación de puestos de trabajo, entre varios otros objetivos. Lo que queda pendiente es terminar de recuperar el 20% que queda de los trabajos perdidos, la reactivación del turismo receptivo y de sectores que, por su naturaleza, han debido funcionar con restricciones de aforo, como son los eventos corporativos, musicales y similares.

¿Cuáles fueron los momentos más difíciles y por qué?

Hubo un sinnúmero de dificultades, las cuales fueron variando y no son tan comparables. Por ejemplo, el estallido social afectó directamente a casi 14.500 empresas, las cuales fueron vandalizadas, quemadas o saqueadas, pero además afectó el turismo y postergó inversiones. Nos comenzamos a recuperar de eso cuando llegó la pandemia, en cuyo inicio planteó la dificultad de mantener activa la red de producción, abastecimiento de distribución de bienes y servicios, todo ello con restricciones logísticas, administrativas y de movilidad. Al extenderse la pandemia tuvimos que generar medidas de ayuda a las familias y a los sectores económicos afectados, aplicando el Plan Paso a Paso. Después vinieron los rebrotes, que nos hacían retroceder y así sucesivamente. Todo lo anterior en un contexto político de poco apoyo y de mucha dificultad.

¿Por cuál de sus iniciativas ejecutadas le gustaría ser recordado?

Por una forma de trabajo con el sector privado, a través de sus gremios, en una alianza Público-Privada que funcionó. A raíz de esa cercanía y trabajo pudimos elaborar el plan de medidas de apoyo a las pymes, desde los protocolos, hasta los créditos garantizados, subsidios específicos para cada sector de acuerdo con sus realidades, asesorías y un histórico plan de digitalización que fue internacionalmente reconocido por la OCDE, entre otras medidas de apoyo. Otro factor que me deja feliz es haber transformado el Ministerio de Economía en una suerte de Start-Up pública durante la pandemia, haciéndonos cargo del cambio cultural y coyuntural por la pandemia, es algo que me deja muy contento, ya que no era fácil. Finalmente, el promover y empujar el desarrollo de una nueva industria de servicios tecnológicos me enorgullece, ya que me comprometí personalmente en ello. Estamos dejando una cartera de inversiones de US$4.500 millones en tres años solamente en esta área.

¿Qué es lo mejor y lo peor de ser ministro?

Lo mejor es sentir la satisfacción de trabajar por el país y por miles de personas que uno no ve, pero cuyas vidas se afectan positivamente si las cosas se hacen bien. Esa influencia o afectación se produjo en mucha mayor medida durante la pandemia, ya que el Estado tuvo que asumir un rol muy relevante y el Ministerio de Economía también. Lo peor es saber que muchas personas canalizan su rabia y frustración hacia ti, quizás buscando a algún culpable de su propia situación o por la expectativa que tienen de recibir ayudas que no siempre se pueden entregar como uno quisiera. Eso es parte de la pega y con el tiempo uno lo va comprendiendo y aceptando.

¿Cómo recibió y cómo deja al país en materia económica?

Me tocó asumir con posterioridad al estallido social y luego vino la pandemia. La consecuencia fue una contracción económica fue de 5,8% el año 2020, con 2.000.000 de empleos perdidos y caída de 11,5% de inversión. El 2021 va a cerrar con un crecimiento de cerca de 12%, con un crecimiento de 18% en la inversión y una cartera de proyectos muy significativa de inversiones futuras (con 254 proyectos de más de US$100 millones que suman US$ 78.000 millones en cinco años), con un 80% de recuperación de empleos y casi el 100% de los empleos formales recuperados. Esto significa que la recuperación económica ha sido rápida, con prácticamente todos los sectores de la economía activados. Es decir, el país está siendo entregado al próximo gobierno en buenas condiciones, lo que incluso destaca en el concierto internacional. De hecho, si mantuviéramos el mismo nivel de actividad del último IMACEC que conocemos (noviembre 2021), el crecimiento del año 2022 podría superar el 4%. Al observar las cifras, el año 2022 se ve razonablemente bien, pero no está exento de riesgos, los cuales podrían afectar la inversión y crecimiento futuro. Un punto complejo es que, producto de las inyecciones de liquidez como ayudas sociales y de los retiros de fondos previsionales, ha habido una presión sobre los precios desde la demanda bastante significativa, que culminó con una inflación de un 7,2% el año 2021, razón por la cual el Banco Central ha debido subir la tasa a un 5,5% y es posible que siga en la misma línea los próximos meses.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentará el ministro Grau en su cartera?

Quizás lo más relevante es generar condiciones y certeza jurídica para la inversión. El Banco Central está proyectando una contracción de la inversión de 2,2% producto de los riesgos políticos que se observan, además de un costo del financiamiento al alza. Sin inversión, se dificulta la creación de empleo, crecimiento y recaudación. Otro factor importante es buscar una alternativa de refinanciamiento de créditos vigentes para las pymes que no hayan podido recuperarse. Otro desafío es continuar con el proceso de compatibilización de las actividades económicas con los cuidados sanitarios, en el caso que se extienda la pandemia, aunque las condiciones de base en esta materia, producto de la vacunación y de la experiencia ganada en los últimos dos años, son mucho más auspiciosas.